Descripción
El concepto tradicional de democracia tiene un correlato en cuanto se refiere al papel de los jueces, quienes, sin constituir órganos de representación popular, tienen en sus manos la tarea de resolver controversias aplicando la ley sin efectuar juicios de valor. Sin embargo, es palpable que existe una tensión entre lo que de facto hacen los jueces y lo que deberían hacer.
En la presente obra, se estudian y abordan los problemas relativos a la discreción judicial, la legitimidad de actuación de los jueces y el papel que realmente cumplen las leyes en el proceso de resolución de controversias: ¿qué criterios nos permiten configurar un modelo viable de juez?