Sostiene que el constitucionalismo requiere de un gobierno limitado que resida en el consentimiento de los gobernados, lo cual se expresa mediante las elecciones o indirectamente, a través de apoyo continuo y voluntario para con éste’. Se parte de una concepción del constitucionalismo que no admite gobiernos totalitarios, y es que para vivir en democracia se precisa que los ciudadanos podamos ejercer los derechos políticos que la Constitución y tratados internacionales de derechos humanos consagran. Las Constituciones contienen principios de orden jurídico y político, de allí que se hable de una constitución democrática y una democracia constitucional. Es regla común que en la parte dogmática de las constituciones se consagren los derechos políticos, los que fundamentan el Estado democrático, pero con la necesaria interdependencia con los derechos civiles y, los económicos, sociales y culturales. El desarrollo legal de los derechos políticos debe garantizar la participación política de los ciudadanos, a través de los derechos de elección, revocación de autoridades, iniciativa legislativa, referéndum; instituciones de democracia directa que deben ser consolidadas en América Latina, al igual que la demanda de rendición de cuentas, tan necesaria por los altos índices de corrupción que en la mayoría de países de esta parte del continente se registra.