Descripción
El trabajo siempre —pero con mayor intensidad, desde la era de la industrialización— ha tenido por fiel acompañante a los peligros ocupacionales. Dependiendo del tipo de peligro ocupacional y de la magnitud del riesgo, los lugares de trabajo, los procedimientos empleados, las maquinarias, las sustancias químicas, las exposiciones a elementos biológicos, las características disergonómicas del trabajo y un largo etcétera, pueden convertirse, de manera súbita o paulatina, en factores perjudiciales que atentan contra la vida, la salud y la integridad del trabajador. Hoy en día se entiende pacíficamente que no existe actividad laboral exenta de riesgos ocupacionales o, lo que es lo mismo, es un hecho que no existe labor humana cuyas condiciones sean totalmente inofensivas para la salud e integridad del individuo. En las situaciones más dramáticas, el trabajo bajo condiciones inseguras es ocasión de dolencias de carácter permanente, cuando no de lamentables pérdidas humanas.